martes, 21 de enero de 2020

"Penumbras", de Jordi Valls: Poesía contemplativa e introspectiva


Todo aniversario es rito, la colocación de un hito kilométrico al lado del camino para dejar constancia del trayecto recorrido. En este sentido, es un acto a medio camino entre lo público y lo privado que, al proyectarse hacia el otro, deviene celebración. Tal condición celebrativa genera una sinergia que encierra la capacidad de mover el ánimo de quien lee y de crear una corriente de solidaridad emotiva con él. Jordi Valls (Barcelona, 1970), una de las voces más interesantes de la actual poesía en catalán, acaba de transitar los primeros veinticinco años de un itinerario iniciado en 1995 con D´on neixen les penombres? y, para conmemorarlo, publica Penumbras, en la editorial barcelonesa Godall Editions, dentro de su colección Alcaduz.
En el presente volumen se recogen once de sus doce libros, sintetizados en cuarenta y nueve poemas que, por primera vez, pueden disfrutarse en edición bilingüe. El responsable de la selección y traducción es el escritor y crítico José García Obrero, quien, además, firma un interesante prólogo.
El simbólico título del conjunto nos sumerge en una poesía contemplativa e introspectiva, no exenta de ciertas aspiraciones metafísicas, que parte de lo cotidiano y de la constatación de que la realidad no es unívoca para crear un discurso de finas aristas que, tras asumir el descrédito de los valores establecidos desde la imposición de un orden moral y social que está dando muestras de agotamiento, intuye, a través de la mirada del poeta, un atisbo de luz que, más allá del paso del tiempo, de las heridas y de la oscuridad, deja su impronta en la piel. Para ello acude a una incisiva simbología sustentada, según García Obrero, en la “penumbra”, que es “la piedra angular de su poética, espacio donde nada se idealiza, al contrario: belleza, amor, felicidad, incluso la propia poesía, vienen envueltas  en la pesada carga de la rutina, la mentira, el fracaso y la extenuación.”
Así, el fracaso se convierte en el tema nuclear. Íntimamente, relacionado con él aparecen otros ejes temáticos poliédricos como el amor y la identidad, que son concebidos como herramientas para iniciar un proceso de autoconocimiento y de definición de los propios límites, en el que, a través de un sutil juego de espejos, Valls logra involucrar al lector, conformando una fértil primera persona del plural. Para ello concibe el texto como una unidad incompleta que, por tanto, requiere de la participación de este para tener sentido. La poesía deviene, pues, en ofrenda al lector, que es un verdadero constructor de significados. El poeta ofrece su palabra a un “tú”, sabedor de que la lectura es una actividad que sucede necesariamente en el otro (“Este es tu poema/Hazle lo que quieras”). 
Asimismo, la experimentación lo lleva a explorar las posibilidades tanto de los metros cortos como de su combinación con otros más largos; la sugerencia y contención del poema más o menos breve; y la utilización del poema en prosa. Tampoco desdeña los juegos tipográficos y los explora cuando considera necesario (“Porque la unidad es el centro del universo” o “Se derrama la esperanza inerte entre unos guantes de goma”). Con la misma intención, acude al humor en poemas como “Parásitos”, “Revolución” o “Se me ha caído el sexo desde la ventana del ático”; a las connotaciones de los mitos clásicos, sean de la tradición judeo-cristiana (“Adán y Eva”) o grecolatina (“Aracne” o “Edipo en Colono”); o a la metapoesía, presente en “Contra los poetas”, “Arte inútil”, “Poesía”, donde al hilo de la muerte de la poeta polaca, reflexiona sobre las falacias del lenguaje antes de terminar con uno de esos versos que casi valen un poemario: “Somos lo que callamos”.

Autor: Jordi Valls
Título: Penumbras
Editorial: Godall Editions
Año: 2019



(Publicado en Cuadernos del Sur, 28 de diciembre de 2019, p. 11)

lunes, 13 de enero de 2020

"La cámara te quiere", de Pablo García Casado. Compraventa emocional




El porno y todo lo que rodea a la industria del sexo como metáfora del vacío afectivo y de la opacidad de las relaciones sociales actuales, cimentadas sobre la compraventa emocional, es el eje a partir del cual Pablo García Casado construye su quinto poemario, La cámara te quiere (Visor, 2019). Se trata del tercer volumen suyo que ve la luz en la prestigiosa editorial madrileña, tras Fuera de campo (2013), donde se recogieron sus tres primeros libros (Las afueras, El mapa de América y Dinero), y García (2015).
En esta ocasión, el poeta cordobés vuelve a tirar del lenguaje propio del cine y de la fotografía para trabar un conjunto arriesgado y honesto en una desnudez que huye del artificio y, sobre todo, de cualquier castrante propósito moralizador, a la hora de centrar el objetivo en la crisis estructural de nuestra sociedad, sabedor de que la realidad va más allá de lo que se nombra y, por tanto, adquiere estatus de existencia.
En consecuencia, la palabra poética indaga en lo subyacente, en lo oculto y en lo no dicho, dejando al descubierto la hipocresía de una sociedad que consume porno y que, sin embargo, lo censura. De este modo, el autor puede mirar el mundo en el que vive a través del lenguaje y es, en el objetivo imperfecto de las palabras, donde se produce su interpretación y revisión de este.
Para conseguir este propósito, regresa al poema en prosa, cuyos resortes maneja con precisión, con la intención de mostrarnos la historia poliédrica de una joven actriz porno y los sórdidos fragmentos de realidad que experimenta durante las sesiones de grabación o las conexiones a través de la webcam. De este andamiaje narrativo destacamos la sencillez expresiva y la contundencia léxica, con los que logra que la emoción compartida por el lector suceda fuera del poema y que, fruto de ello, sea tan importante lo que se cuenta como lo que se omite.
Los deseos y las ilusiones, las frustraciones y la desidia, las oposiciones y las asignaturas pendientes, los vínculos contractuales y la precariedad afectiva, la inestabilidad laboral y el desempleo, el exhibicionismo y la soledad, la derrota y la humillación son algunos de los hilos con los que García Casado construye un conjunto formado por cincuenta y nueve poemas en prosa, distribuidos en cinco partes: “Otro día más en la oficina”, veinte aproximaciones al mundo de los actores, actrices, directores y productores del porno, a través de la mirada ingenua y descreída, desgarrada y zurcida, de una joven que sueña con ganar el dinero suficiente para salir de la precariedad en que vive instalada; “Webcam”, ocho poemas donde el voyerismo y el exhibicionismo dinamitan la fría frontera de una pantalla de cristal líquido formado por incontables píxeles de color y de desolación; “Nuevas ventanas de incógnito”, los doce poemas más breves del volumen, que muestran, con sutileza y contundencia, el dolor y la vejación sin límites sufridos por la mujer durante diferentes sesiones de hardcore y la frágil reconciliación íntima al saberse en pie durante una ducha reparadora en la que cae “el agua muy caliente sobre el cuerpo. La espuma arrastrándolo todo por el desagüe”; “Ex”, cuatro poemas escritos a partir de la anécdota de que la joven recibe un correo electrónico de un antiguo novio, después de que este visitase una página pornográfica donde cree reconocerla entre diferentes “banners”, anuncios “pop-up” y ventanas emergentes; y “También tú”, quince fragmentos incómodos y perturbadores en  los que la cámara se vuelve, inesperadamente, sobre distintos personajes consumidores de porno, que podríamos ser, por más que lo neguemos públicamente, cualquiera de nosotros.
Al colocar la cámara dentro de la historia fragmentada y poliédrica de estos personajes complejos y enfocar, al mismo tiempo, al lector, haciéndolo partícipe del sentido final del texto, el poeta consigue que la lectura devenga en una experiencia incómoda en la medida en que ofrece interrogantes y no tanto certezas. Además de tal desazón, semejante enfoque múltiple sirve para mostrar una obra polifónica, en la cual se mezclan voces de hombres y de mujeres, de consumidores y de productores, que protagonizan historias cotidianas, víctimas de un sistema que los fagocita y aliena en una de las formas más higiénicas de violencia, que aceptamos sin apenas ruborizarnos.


Autor: Pablo García Casado
Título: La cámara te quiere
Editorial: Visor
Año: 2019

(Publicado en Cuadernos del Sur, 28 de diciembre de 2019, p. 11)