jueves, 9 de junio de 2022

Obra de San Martín Egipcíaco

 


Dos años después de aparecer la revisión de toda su producción poética bajo el título de El uso de radar en mar abierto. Poesía 1992-2019 (La Bella Varsovia, 2019), Martín López-Vega (Póo de Llanes, 1975) publica Egipcíaco (Visor, 2021). Este adjetivo, de innegable valor simbólico, se aplica, según se recoge en la cita inicial, a un medicamento que, siguiendo el Diccionario de la lengua española, está “compuesto de miel, cardenillo y vinagre, que se usaba para la curación de ciertas llagas”. La poesía, pues, para el poeta asturiano -uno de los más inconformistas tanto con el andamiaje verbal como con la concepción del discurso poético, que está en continua revisión y adaptación a las coordenadas vitales-, tiene, fundamentalmente, una función sanadora: “iluminar zonas a oscuras”, para así, restañar las heridas y ahondar en la grieta de la cual emergemos.

El libro, que mantiene las características que han hecho de López-Vega una de las más voces reconocibles del actual panorama poético, redefine, al mismo tiempo, las líneas de fuga planteadas en sus tres últimas entregas: Adulto extranjero (DVD, 2010), La eterna cualquier cosa (Pre-Textos, 2014) y Gótico cantábrico (La Bella Varsovia, 2017), en los que la palabra bucea descaradamente en la memoria sentimental del propio autor para celebrar el momento presente, entremezclando lo confesional (“Los gatos de Niembru o bien Visita de la hija inexistente”, “Los recogedores de ocle o bien Carta al padre” o “Un episodio personal”) y lo anecdótico (“Tema de redacción”); las raíces de su tierra natal (“Los recogedores de ocle o bien Carta al padre”) y el cosmopolitismo (“Un país febril”); la memoria, que es anclaje (“Ivierno mandadero” o «Un episodio personal”), y lo no sucedido, que es fractura (“Los gatos de Niembru o bien Visita de la hija inexistente”); la austera narratividad (“Otro ensayo sobre el día logrado”) y el lirismo contenido (“Si quisieras” o “Rú yì”); la gravedad (“Escrito en el libro de visitas de la casa de Manuel de Falla en Alta Gracia” o “Julián”) y el humor (“Recital en el manicomio”), que se mece entre la ternura (“Mi abuela: Poesía completa”) y la ironía (el magnífico poema final “Epílogo a la vida y hechos de San Martín Egipcíaco”).

Este sujeto poético creado por López-Vega, y que tiene mucho de él, es contradictorio y presenta múltiples aristas. El poeta se refiere a él en tercera persona, pero se vuelca en él como nunca, consciente de que, cruzada la frontera de los cuarenta, es momento de hacer balance y de afrontar los conflictos de identidad, sabiendo que el dolor, el fracaso, la ausencia o el desengaño son oportunidades de aprendizaje que le hacen celebrar los pequeños detalles cotidianos. De este modo, se establece una fértil relación dialógica con el otro, que es uno mismo, con lo que sujeto y objeto se funden y confunden en una poesía que no ha de centrarse en buscar las respuestas, sino en hallar los interrogantes que nos sostienen.

Egipcíaco es, pues, otra muestra del carácter inquieto y de la libertad expresiva de Martín López-Vega, quien asume riesgos como vía de crecimiento, descreyendo de dogmas y confiando en la palabra.


Autor: Martín López-Vega
Título: Egipcíaco
Editorial: Visor
Año: 2021
 

(Publicado en Cuadernos del Sur, en Diario Córdoba, 28 de mayo de 2022, p. 10)

lunes, 6 de junio de 2022

Narcisistas, narcisos y narcisismo


 

Aunque siempre han existido personas que cuidan en exceso de su aspecto físico o que tienen un alto concepto de sí mismas, el desarrollo de Internet y, sobre todo, de las redes sociales ha hecho crecer exponencialmente el número de seres ególatras y pagados de sí mismos. Fenómenos como el “egosurfing” o la tiranía del conteo de “likes” o “me gusta”, más allá de los trastornos que empiezan a generar, son reflejo de la necesidad de satisfacer el ansia inconfesable de popularidad. Este tipo de comportamientos, que suelen proliferar en épocas de crisis colectivas, están asociados a ciertos complejos o crisis individuales. Normalmente, el culto excesivo al yo lleva aparejado una necesidad de autoafirmación que desvirtúa nuestro autoconcepto.
Traumas y trastornos aparte, el ensayo que nos ocupa, Narcisistas contemporáneos, que lleva el subtítulo de groupies, playboys y nocturnidades, de Luis de León Barga (Roma, 1958), nieto del escritor y periodista Corpus Barga, se encarga de analizar el fenómeno de las “groupies” y los playboys que, a mediados del siglo XX, tomaron el relevo de los dandis.
Con el desarrollo del rock, surgieron las “groupies”, ardientes admiradoras de cantantes y bandas, narcisistas que eran seducidas por otro narciso u objeto de deseo. Para ellas, estar con el artista en cuestión era compartir su fama, vivir en el frágil espejo del poder y de la seducción una vida de excesos y de lujuria. Algunas como Pamela des Barres y Catherine James contaron sus vivencias por escrito; otras desarrollaron una carrera artística, como Cynthia Plaster Caster, quien inmortalizó en yeso el pene de Jimi Hendrix, entre otros músicos.
Pese a las ampollas que pueda levantar hoy la imagen de las “groupies”, el autor reivindica su libertad y un dudoso feminismo que las llevaba a disfrutar de la vida y de su cuerpo en un ejercicio de afirmación. De hecho, llega a sentenciar que fueron "uno de los motores de la liberación femenina" de los años sesenta y setenta. En esta línea, destaca que la figura de la “groupie” evolucionó y algunas de ellas llegaron a tener más ingresos que su pareja, mientras que otras lograron convertirse en estrellas de la música, como Marianne Faithfull, Debbie Harry (Blondie) o Chrissie Hynde (The Pretenders).
Pero el narcisista por excelencia es el playboy, un producto de la sociedad consumista en la que vivimos, donde todo se reduce a cantidad. Este necesita acumular conquistas para satisfacer su ego, pero, para ello, debe tener un físico envidiable, potenciar distintas habilidades y tener ciertas inquietudes y cultura. Algunos ejemplos son Porfirio Rubirosa o Gunter Sachs.
Tanto las “groupies” como los playboys han desaparecido; sin embargo, se han reencarnado en nuevos perfiles. Internet y las redes sociales son el altavoz perfecto para que todo aquel con ínfulas se crea el ombligo del universo. Serán pues millones de hombres y mujeres quienes alardeen de ellos mismos en el ciberespacio, aunque todo quede en simple y efímero ruido.
Dicho esto, a juicio de Barga, Lady Gaga es la narcisista contemporánea por antonomasia, que ha sabido tomar el testigo de los modelos masculinos y que ha encontrado su hábitat en Internet y las redes sociales.
El libro se cierra con un repaso por los escenarios nocturnos de los narcisos, desde el Bocaccio barcelonés al Berghain berlinés, pasando por el Studio 54 neoyorkino o El Sol madrileño.

Autor: Luis León Barga
Título: Narcisistas contemporáneos
Editorial: Fórcola
Año: 2021
 

(Publicado en Cuadernos del Sur, en Diario Córdoba, 28 de mayo de 2022, p. 8)