Amorexia es el ingenioso título del segundo poemario de Miguel Agudo (Tarragona, 1976). Este libro rompe un silencio de cinco años y supone una línea de continuación con los presupuestos éticos y estéticos de su carta de presentación, Cuando Herodes la tierra (La Isla de Siltolá, 2009; accésit del I Premio de Poesía Fundación ECOEM).
El paso del tiempo, la poesía, el amor, la difusa frontera entre la realidad y los sueños y la nada existencial son los núcleos temáticos sobre los que se levantan los 87 poemas que componen un volumen donde la filosofía se vuelve poesía.
Agrupadas en cinco partes asimétricas –“La vida es insomnio”, “Canto gregueriano”, “No es poesía”, “Canon clásico” y “Amorexia”-, entre las que se establece una intensa red de vasos comunicantes, dando lugar a un todo permeable, de carácter heteróclito, todas las composiciones destacan tanto por la concisión de la expresión como por la intensidad semántica de las palabras. Agudo consigue cargarlas de significados y sentidos diversos. Para ello no solo acude a la creación léxica, sino también a la paradoja, a la antítesis, al zeugma, a la elipsis y a diversos juegos de palabras como la anfibología, la polisemia, la paranomasia o el equívoco, sin olvidar el papel central de la imagen en la creación poética. A esta sabe dotarla de gran fuerza, y hacerla provocativa unas veces, sugerente otras, pero siempre reveladora y perspicaz, capaz de desmontar cualquier tópico o convencionalismo, golpeando al lector con más contundencia en aquellos poemas más breves y desnudos: “Tarde grisácea. / Miro por la ventana, / cristal con lágrimas.” o “Para poner / letra / a los gemidos / hagamos / garabatos / en la cama”.
Autor: Miguel Agudo Orozco
Título: Amorexia
Editoria: La isla de Siltolá
Año: 2014
(Publicado en Cuadernos del Sur, 23 de mayo de 2015, p. 7)
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