Convencido de ofrecer su obra al lector sin intermediarios,
deseoso de marcar tanto los tiempos del proceso de edición como de promoción y
estimulado por los buenos resultados de ventas de sus anteriores aventuras
editoriales, Alberto Díaz-Villaseñor (Peñarroya, 1959) acude de nuevo a la
autoedición a través del gigante Amazon.
Soliloquios, disponible tanto en papel como en formato digital, está compuesto
por cuarenta relatos que pertenecen, según el propio autor reconoce en la nota
inicial, “a diferentes épocas y a diversas circunstancias e intenciones, que
ahora vuelven a ser corregidos, vuelven a ser visitados, vuelven a ser
molestados en el sueño que dormían justamente.”
Concebido, pues, como un conjunto heterogéneo, el libro
aborda múltiples núcleos temáticos, “porque, de algún modo, alientan en el
interior las viejas pulsiones de la fantasía, el sexo, el misterio, el amor, el
miedo, la risa…”, a través de historias de diferente extensión (desde
microrrelatos como “Cartas de amor”, “Asombro”, “El peligro de las playas”,
“Entendí”, “Sueño de mantas” o “Avispa” hasta las diecisiete páginas de “Deuda
pagada” o las trece de “Pregunté por ti”) construidas desde diversos enfoques
narrativos, con los que el escritor peñarriblense pretende seducir al lector y
hacerlo partícipe de las mismas para desmontarle los andamios con los que ha
apuntalado el frágil mundo en el que se afana por sobrevivir.
En ese sentido, se me antoja una obra fronteriza, en tanto y
en cuanto conviven temas, perspectivas y tonos ya transitados por Díaz-Villaseñor
con inéditas indagaciones. Así, junto a la presencia de la infancia, de la
memoria del pueblo o de la minería aparecen la incomunicación, las grietas de
nuestra sociedad o la identidad. Igualmente, se alternan relatos más clásicos
en cuanto a la arquitectura de la narración con otros más actuales, en los que
el narrador se despega del contexto inmediato para construir una mirada más
universal.
Semejante dualidad lleva aparejada una utilización distinta de
la sintaxis y del léxico. De hecho, coexisten sus característicos períodos
sintácticos extensos con la oración corta y rotunda, que quiere noquear al
lector y no dejarle margen de reacción. Del mismo modo, la experimentación con
un léxico sencillo y sugerente, que busca potenciar los significados de las
palabras, alterna con la hibridación de un lenguaje formal e informal e,
incluso, coloquial, que utiliza como resorte narrativo el humor y la ironía,
llevado al delirio en “Concierto” o “Jóete”, auténticas astracanadas.
No puedo cerrar estas líneas sin citar algunas de las historias que han quedado en mi cabeza dando vueltas: "Por fin esta tarde", "Cenas", "Deformación profesional", "Cariño, cielo, amor", "Tesis", "Mobbing", "Deuda pagada" y, sobre todo, la que abre el libro, "Soliloquio", toda una declaración de intenciones, todo un camino abierto.
(Publicado en Cuadernos del Sur, 22 de diciembre de 2018, p. 8)
Autor: Alberto Díaz-Villaseñor
Título: Soliloquios
Editorial: Amazon
Año: 2018
(Publicado en Cuadernos del Sur, 22 de diciembre de 2018, p. 8)
Autor: Alberto Díaz-Villaseñor
Título: Soliloquios
Editorial: Amazon
Año: 2018
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