Anacronía supone el debut como poeta de Gerardo Rodríguez Salas (Granada, 1976), profesor de Literatura inglesa en la Universidad de Granada, quien publicó hace tres años una colección de relatos que llevaba por título Hijas de un sueño (Esdrújula Ediciones, 2017); sin embargo, no es el libro de un principiante. Rodríguez Salas conoce bien los cimientos del poema al utilizar el viaje como símbolo de un tránsito existencial hacia la ausencia, como manifiesta en los tres poemas que sirven de pórtico: “Más allá de las nubes / y de los años, / estaba escrito el viaje / con otra pluma, / en otro cuerpo”.
La muerte de su hermano hace veinte años en un accidente de moto es el detonante de esta anacronía o error que consiste en situar algún acontecimiento fuera del instante en que sucedió. El poeta explora esta pérdida (eje sobre el que se construye la primera parte, titulada “Ayer”) a través de un viaje a Nueva Zelanda (motivo sobre el que se levanta la segunda, “Ausencia”) y del regreso a su ciudad natal (protagonista de la tercera sección, “Porvenir”).
No solo se trata, pues, de un viaje físico, sino de un viaje emocional en el cual el yo poético acomete una labor de reconstrucción íntima, una suerte de reconciliación con la vida y con uno mismo, a pesar del dolor (“Aquel día caí / y caigo aún / como aquel niño por las escaleras”).
Así, tiempo, memoria y viaje se convierten en los coeficientes de una ecuación en la cual la ausencia es la incógnita que vertebra unos poemas donde la reflexión pausada y el lirismo se funden para que brote la escritura serena del dolor, pues “el pasado no es un territorio de nostalgia, sino de catarsis, de reconciliación”, como afirma Teresa Gómez en la acertada nota de la contracubierta.
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