LA TEMPERATURA DE OTRA PIEL
La piel de los
extraños, de Ignacio Ferrando (Trubia –Asturias-, 1972), Premio Setenil al
mejor libro de relatos publicado en 2013, corrobora el excelente momento que
atraviesa el género en nuestra lengua. Los once cuentos que componen el
volumen, dedicado “a los que cierran los ojos”, es decir, a los que no se
conforman con lo que son y deciden complicarse la existencia, suponen la
tercera incursión del escritor asturiano en la narrativa breve, tras Ceremonia interior (2005) y Sicilia, invierno (2009).
Se trata de un conjunto nada convencional en la medida en
que el autor crea unas historias complejas, de una profunda carga conceptual y
simbólica, al tiempo que mima la palabra, dando como resultado una prosa
cuidada y precisa que encierra en sí misma un enorme poder de evocación. Dichas
historias están protagonizadas por personajes en situaciones límite, lo que
contribuye a potenciar y agilizar los conflictos, que, en su mayoría, giran en
torno al tema de la identidad.
El libro se abre con una pieza magnífica, “Los atardeceres
de Tagfraut”, donde un profesor enseña a sus alumnos a viajar a un lugar
paradisíaco que, de repente, toma consistencia real y se convierte en una
pesadilla para el protagonista. Junto a ella, destacamos “Los sistemas”, el
intento estéril de un profesor de reducir la realidad y el inexplicable
misterio que la conforma a un sistema de variables que permita predecir el
futuro; “Tres violines”, tejido a partir de la desazón del protagonista, que
regresa a su pueblo tras un conflicto armado y se encuentra con la sorpresa de
que nadie lo recuerda; “Matilda y el hombre del tiempo”, donde, en medio del
caos que invade una urbanización de la costa oeste de Estados Unidos ante la
amenaza de un tsunami, una pareja decide esperar en soledad el inevitable fin;
o “Liberación”, el relato más poético y el que encierra una mayor dureza al
contar la historia de supervivencia de una mujer en un campo de concentración
nazi y su lucha por conservar la dignidad. Pero de todos, quizás el más
conseguido sea el que da título al conjunto, la historia de una pareja que,
cansada por la monotonía, decide desconocerse como medio para salvar la
convivencia y deciden vivir, durante una tarde a la semana, al margen uno del
otro con la intención de recuperar el misterio perdido y la sensación de
convivir con alguien a quien no se conoce del todo.
En definitiva, un libro urdido con oficio y con buenos
mimbres que no dejará impasible al lector.
(Publicado en Cuadernos del Sur, 25 de enero de 2014, p. 7)
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