Hace unos días, un amigo me enviaba un ejemplar del libro en el que participamos muchos amigos y discípulos de Pedro Roso. Debido al cierre perimetral de los municipios andaluces no pude estar en el homenaje que se le rindió el pasado 29 de noviembre, dentro del marco de la última edición de Cosmopoética.
Comparto con vosotros el poema escrito ex profeso. Curiosamente el volumen se acabó titulado como el blog de este amigo y maestro que tanto significa para la poesía cordobesa: Casa de paso.
CAFÉ DE PASO
Sostienes el temblor del mundo con tu mano izquierda
mientras tomamos un café
y el tiempo finge persistencia y alcances.
Y es que la poesía para ti siempre ha sido
un pacto de distancias y emociones
para construir una casa de paso
con dos puertas y un pasillo diáfano,
un patio para la amistad y el diálogo
donde cabemos todos.
Tu sonrisa, de irónica ternura,
y tu palabra honesta y transitiva,
que es raíz y es cadena,
muestran fragmentos y constelaciones
para ir de la certidumbre a la duda
y encontrar una forma de mirar el alrededor
que nos enseñe a desconocernos.
Nos despedimos.
En esta despedida, como en todas, permanece un principio.
Un no ha dado tiempo para más.
Y la frágil certeza de que el temblor se entiende solo desde el temblor.
Francisco Onieva
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