Con Vértices, Francisco Onieva(Córdoba,
1976) obtuvo el Premio Gil de Biedma 2016. Es un libro que aborda lo cotidiano
en poemas de una ambición formal depurada, de palabra estricta, seca en
ocasiones, pero emocionada y plena de carga significativa. Es la vida y su
tuétano, una realidad siempre insegura a la que el poeta asiste experimentando
ambas sensaciones a la vez: “Comparto la plenitud del momento y transito las
inseguridades”. No de otra forma cabe adentrarse en la conciencia de la
continuidad y de la salvación que, en el fondo, es la paternidad. Todo entra en
movimiento y se hace nuevo y viejo a la vez. Desde la mirada con que se observa
el deambular de la hija en el parque hasta el recuerdo en vida del abuelo
muerto.
Onieva tantea con una
mirada entre sorprendida y celebratoria los indicios del entorno más próximo y
acaricia la esencia de la vida: el árbol frente a la casa, el tobogán, los
álamos, el pueblo bajo la lluvia o los residuos de memoria de la ciudad que
acompañan un viaje, cobran una luz distinta. Todo invita a meditar sobre la
ampliación de los límites de la experiencia. El otro contemplado es sustancia
propia, aturde y sorprende y obliga a preguntarse sobre el sentido del poema y
del proceso de escritura.
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