viernes, 23 de diciembre de 2022

Feliz Navidad


Hace un par de días me encontré con un amigo por la calle y me preguntó por el blog, que llevaba tiempo sin publicar nada en él. Le dije que se habían quedado un puñado de reseñas y algunas pequeñas noticias sin difundir, y que me daba cierta pereza . Tal vez aproveche el descanso para ir dando salida a esas entradas pendientes; mientras tanto, vuelvo a esta vía para felicitaros las fiestas, amigos. 

Un abrazo enorme y mis mejores deseos para estas fechas y siempre.

jueves, 9 de junio de 2022

Obra de San Martín Egipcíaco

 


Dos años después de aparecer la revisión de toda su producción poética bajo el título de El uso de radar en mar abierto. Poesía 1992-2019 (La Bella Varsovia, 2019), Martín López-Vega (Póo de Llanes, 1975) publica Egipcíaco (Visor, 2021). Este adjetivo, de innegable valor simbólico, se aplica, según se recoge en la cita inicial, a un medicamento que, siguiendo el Diccionario de la lengua española, está “compuesto de miel, cardenillo y vinagre, que se usaba para la curación de ciertas llagas”. La poesía, pues, para el poeta asturiano -uno de los más inconformistas tanto con el andamiaje verbal como con la concepción del discurso poético, que está en continua revisión y adaptación a las coordenadas vitales-, tiene, fundamentalmente, una función sanadora: “iluminar zonas a oscuras”, para así, restañar las heridas y ahondar en la grieta de la cual emergemos.

El libro, que mantiene las características que han hecho de López-Vega una de las más voces reconocibles del actual panorama poético, redefine, al mismo tiempo, las líneas de fuga planteadas en sus tres últimas entregas: Adulto extranjero (DVD, 2010), La eterna cualquier cosa (Pre-Textos, 2014) y Gótico cantábrico (La Bella Varsovia, 2017), en los que la palabra bucea descaradamente en la memoria sentimental del propio autor para celebrar el momento presente, entremezclando lo confesional (“Los gatos de Niembru o bien Visita de la hija inexistente”, “Los recogedores de ocle o bien Carta al padre” o “Un episodio personal”) y lo anecdótico (“Tema de redacción”); las raíces de su tierra natal (“Los recogedores de ocle o bien Carta al padre”) y el cosmopolitismo (“Un país febril”); la memoria, que es anclaje (“Ivierno mandadero” o «Un episodio personal”), y lo no sucedido, que es fractura (“Los gatos de Niembru o bien Visita de la hija inexistente”); la austera narratividad (“Otro ensayo sobre el día logrado”) y el lirismo contenido (“Si quisieras” o “Rú yì”); la gravedad (“Escrito en el libro de visitas de la casa de Manuel de Falla en Alta Gracia” o “Julián”) y el humor (“Recital en el manicomio”), que se mece entre la ternura (“Mi abuela: Poesía completa”) y la ironía (el magnífico poema final “Epílogo a la vida y hechos de San Martín Egipcíaco”).

Este sujeto poético creado por López-Vega, y que tiene mucho de él, es contradictorio y presenta múltiples aristas. El poeta se refiere a él en tercera persona, pero se vuelca en él como nunca, consciente de que, cruzada la frontera de los cuarenta, es momento de hacer balance y de afrontar los conflictos de identidad, sabiendo que el dolor, el fracaso, la ausencia o el desengaño son oportunidades de aprendizaje que le hacen celebrar los pequeños detalles cotidianos. De este modo, se establece una fértil relación dialógica con el otro, que es uno mismo, con lo que sujeto y objeto se funden y confunden en una poesía que no ha de centrarse en buscar las respuestas, sino en hallar los interrogantes que nos sostienen.

Egipcíaco es, pues, otra muestra del carácter inquieto y de la libertad expresiva de Martín López-Vega, quien asume riesgos como vía de crecimiento, descreyendo de dogmas y confiando en la palabra.


Autor: Martín López-Vega
Título: Egipcíaco
Editorial: Visor
Año: 2021
 

(Publicado en Cuadernos del Sur, en Diario Córdoba, 28 de mayo de 2022, p. 10)

lunes, 6 de junio de 2022

Narcisistas, narcisos y narcisismo


 

Aunque siempre han existido personas que cuidan en exceso de su aspecto físico o que tienen un alto concepto de sí mismas, el desarrollo de Internet y, sobre todo, de las redes sociales ha hecho crecer exponencialmente el número de seres ególatras y pagados de sí mismos. Fenómenos como el “egosurfing” o la tiranía del conteo de “likes” o “me gusta”, más allá de los trastornos que empiezan a generar, son reflejo de la necesidad de satisfacer el ansia inconfesable de popularidad. Este tipo de comportamientos, que suelen proliferar en épocas de crisis colectivas, están asociados a ciertos complejos o crisis individuales. Normalmente, el culto excesivo al yo lleva aparejado una necesidad de autoafirmación que desvirtúa nuestro autoconcepto.
Traumas y trastornos aparte, el ensayo que nos ocupa, Narcisistas contemporáneos, que lleva el subtítulo de groupies, playboys y nocturnidades, de Luis de León Barga (Roma, 1958), nieto del escritor y periodista Corpus Barga, se encarga de analizar el fenómeno de las “groupies” y los playboys que, a mediados del siglo XX, tomaron el relevo de los dandis.
Con el desarrollo del rock, surgieron las “groupies”, ardientes admiradoras de cantantes y bandas, narcisistas que eran seducidas por otro narciso u objeto de deseo. Para ellas, estar con el artista en cuestión era compartir su fama, vivir en el frágil espejo del poder y de la seducción una vida de excesos y de lujuria. Algunas como Pamela des Barres y Catherine James contaron sus vivencias por escrito; otras desarrollaron una carrera artística, como Cynthia Plaster Caster, quien inmortalizó en yeso el pene de Jimi Hendrix, entre otros músicos.
Pese a las ampollas que pueda levantar hoy la imagen de las “groupies”, el autor reivindica su libertad y un dudoso feminismo que las llevaba a disfrutar de la vida y de su cuerpo en un ejercicio de afirmación. De hecho, llega a sentenciar que fueron "uno de los motores de la liberación femenina" de los años sesenta y setenta. En esta línea, destaca que la figura de la “groupie” evolucionó y algunas de ellas llegaron a tener más ingresos que su pareja, mientras que otras lograron convertirse en estrellas de la música, como Marianne Faithfull, Debbie Harry (Blondie) o Chrissie Hynde (The Pretenders).
Pero el narcisista por excelencia es el playboy, un producto de la sociedad consumista en la que vivimos, donde todo se reduce a cantidad. Este necesita acumular conquistas para satisfacer su ego, pero, para ello, debe tener un físico envidiable, potenciar distintas habilidades y tener ciertas inquietudes y cultura. Algunos ejemplos son Porfirio Rubirosa o Gunter Sachs.
Tanto las “groupies” como los playboys han desaparecido; sin embargo, se han reencarnado en nuevos perfiles. Internet y las redes sociales son el altavoz perfecto para que todo aquel con ínfulas se crea el ombligo del universo. Serán pues millones de hombres y mujeres quienes alardeen de ellos mismos en el ciberespacio, aunque todo quede en simple y efímero ruido.
Dicho esto, a juicio de Barga, Lady Gaga es la narcisista contemporánea por antonomasia, que ha sabido tomar el testigo de los modelos masculinos y que ha encontrado su hábitat en Internet y las redes sociales.
El libro se cierra con un repaso por los escenarios nocturnos de los narcisos, desde el Bocaccio barcelonés al Berghain berlinés, pasando por el Studio 54 neoyorkino o El Sol madrileño.

Autor: Luis León Barga
Título: Narcisistas contemporáneos
Editorial: Fórcola
Año: 2021
 

(Publicado en Cuadernos del Sur, en Diario Córdoba, 28 de mayo de 2022, p. 8)

 

 

jueves, 26 de mayo de 2022

Pensar la mirada: "Fruto previo", de Juan Antonio Bernier

 

 

Hace unos días, aparecía en Culturamas esta reseña del último libro de Juan Antonio Bernier, Fruto previo.

 

 

Apenas cuatro años separan Letra y nube (Pre-Textos, 2017) de Fruto previo (Pre-Textos, 2021) y, sin embargo, nos encontramos con un Juan Antonio Bernier (Córdoba, 1976) distinto. Así, aunque el tono, el punto de vista, los temas y los motivos sean los mismos, se produce un afinamiento de la mirada y un adensamiento del discurso que llevan al poeta a tomar conciencia del instante y de su efímera inmensidad, a agradecer lo recibido, a ahondar en la memoria, a abismarse en la propia interioridad y a conocerse a través del otro y del alrededor.

Los treinta poemas que conforman el libro que nos ocupa, elegantemente editado por Pre-Textos tras ser reconocido con el I Premio Internacional de Poesía Ciudad de Estepona, se articulan en cinco secciones. La primera, que da título al conjunto y sirve de pórtico al mismo, está compuesta por tres poemas entre los que destaca el inicial, “Comparto mi atención”, eje de abscisas que marca el tono y delimita el dominio del discurso: el yo poético se limita a merodear por el alrededor, tanteando la esencia de las cosas más triviales hasta que sucede el hallazgo y se produce la “Inundación del área de fractura”.

Este es el sugerente y programático título de la segunda parte, compuesta por seis textos entre los cuales destacan el homónimo, cuyo primer verso remite al lector al ensayo Breves erizos verdes (Cántico, 2021); “Contra la oscuridad”, con sus centelleantes imágenes; y el inmanentista “Teoría de la visión”.

Los diez poemas de “Un juez mineral”, por su parte, nacen a raíz del confinamiento, de la sacudida de nuestros cimientos individuales y sociales, de la efímera confianza en un nuevo modo de relación con el planeta y de la constatación de “la belleza / de un mundo sin nosotros”. En ellos el autor pliega la mirada sobre sí mismo al tiempo que mira hacia el exterior, como se observa en “El anuncio de la nueva economía”, “Una pared que medita”, “Un juez mineral” o “Pentecostés de lo inerte”.

Para leer la reseña completa, pinchad aquí.




jueves, 19 de mayo de 2022

Las poetas del 27


 

Doce años después de Peces en la tierra (Vandalia, 2010), antología en la cual reunió a las poetas de la Generación del 27, Pepa Merlo (Granada, 1969) amplía la nómina de creadoras  y abre el arco temporal de publicación, presentando una exhaustiva radiografía de la poesía escrita por mujeres a lo largo de la primera mitad del XX en Con un traje de luna (Vandalia, 2022). Esta nueva selección mantiene la intención reivindicativa, al tiempo que muestra unas pinceladas de la obra de las antologadas, que no puede ni debe ser entendida al margen del contexto histórico y social de la España de la época.
Si en aquella ocasión la profesora de la Universidad de Granada hacía un guiño al poemario de Margarita Ferreras, ahora toma un verso de Concha Méndez para insistir, mediante una bella y sugerente imagen, en la figura de la mujer a la sombra del hombre, sin luz propia, brillando como un simple reflejo, lo que la lleva a vivir transida de un inevitable sentimiento de no pertenencia: “Luz inexistente, con apariencia de realidad, luz de luna. Luz prestada, ficticia, apenas reverberación. El astro desconocido, cuya imagen es la proyección de un reflejo que marca las distintas fases lunares dependiendo de la mayor o menor iluminación que robe al sol: nueva, creciente, llena, menguante. El astro poderoso capaz de influir en las mareas, en el crecimiento de las plantas, en el comportamiento de los animales y, sin embargo, su presencia o ausencia depende de una claridad que no le pertenece”.
Si en aquella primera entrega el criterio seguido comprendía poemarios publicados hasta 1936; ahora, la investigadora amplía el límite cronológico a toda la primera mitad de siglo XX, dando cabida a seis nuevas autoras -Mercedes Pinto, Ángela Figuera Aymerich, Maruja Falena, Ana María Martínez Sagi, Dolores Arana y Alfonsa de la Torre- que, aunque compartieron espacios y vivencias con el grupo del 27, publicaron sus primeros libros tras la guerra, y a nuevos poemarios de las ya presentes en Peces en la tierra. Paralelamente, se han suprimido otras como Margarita Nelken, Clementina Arderiu, Josefina Bolinaga y Esther López Valencia, pues “poco más podía aportarse a la selección allí recogida”.
De este modo, entre las veinticuatro mujeres recogidas en el presente volumen, encontramos voces tan reconocidas como las de Concha Méndez, Rosa Chacel, Carmen Conde, Josefina de la Torre, Ernestina de Champourcin o Elisabeth Mulder, junto a otras como las de Casilda de Antón del Olmet, Gloria de la Prada, Pilar de Valderrama, Lucía Sánchez Saornil, María Luisa Muñoz de Buendía, Cristina de Arteaga, María Cegarra, María Teresa Roca de Togores, Marina Romero, Josefina Romo Arregui, Dolores Cartarineu y Margarita Ferreras.
Tras analizar la conformación del constructo “mujer” y  detenerse en algunas de las estrategias usadas por esta a lo largo de la historia para conquistar un espacio masculino -anonimia, pseudónimo...-, Merlo aborda el recelo del hombre ante semejante conquista, ya a finales del siglo XVIII, antes de demostrar cómo ese miedo “pareció mitigarse durante la primera treintena del siglo XX, con el apoyo de la Institución Libre de Enseñanza y de instituciones como la Residencia de Señoritas o el Lyceum Club”, creándose, por primera vez en nuestra literatura, una generación de artistas masculinos  y femeninos que compartieron espacios en igualdad.
Sin embargo, tras la guerra civil y la reivindicación de la necesidad de “reconquistar el hogar”, bandera de la Sección Femenina de Falange, estos nombres propios femeninos fueron borrados, “engullidas por el silencio de un hogar sin cuarto propio, temerosas, calladas otras a golpe de represalia, exiliadas las que más”.
Exilio, represión y silencio son las evidencias de la “involución” que supuso el final de la Segunda República y la llegada de la dictadura, que obligó a las mujeres a tener que renunciar a su identidad y volver a utilizar nombres masculinos -escondiéndose, incluso, bajo el nombre del marido- para salir de la casa.
Tras el prólogo, una exhaustiva bibliografía precede la selección de poetas, de las que se nos ofrecen unos interesantes apuntes biobibliográficos antes de la cuidada selección de poemas, en número variable, que permite al lector hacerse una idea cabal de la altura e intensidad de la obra de cada una de ellas.
Entre las veinticuatro voces hay múltiples hilos que las acercan, aunque en algunos casos no se conocieran, porque todas viven en un mismo momento histórico y en unas circunstancias políticas, sociales y culturales similares, que las llevan a compartir editoriales, antologías, revistas, lecturas, proyectos culturales… e, incluso, a crear lazos afectivos entre ellas, tejiendo una red de apoyo y ayuda.
Este diálogo sin precedentes en nuestra literatura y en nuestra historia une, pues, a escritoras, pero también a políticas, pedagogas, pintoras, escenógrafas, que se saben parte de una misma genealogía. Además, consigue ir más allá de ellas al alcanzarse una convivencia en igualdad con sus coetáneos, por lo que deben ser estudiadas como parte de un mismo momento literario y no como un simple anexo a la llamada generación del 27.
Lejos de ser una meta alcanzada, Con un traje de luna es una obra en marcha, como demuestra el apéndice en el cual se recogen otras diez poetas -Ana Inés Bonnin, María Alfaro, Chona Madera, Ester de Andreis, Concha Zardoya, Susana March, Trina Mercader, Luz Pozo, Mercedes Chamorro y María Beneyto- que, seguro, darán para nuevas entregas que se siguen revelando necesarias.

 

Autor: VVAA
Título: Con un traje de luna
Editorial: Vandalia
Año: 2022
 

(Publicado en Cuadernos del Sur, en Diario Córdoba, 14 de mayo de 2022, p. 7)

 

martes, 17 de mayo de 2022

Devastación y belleza. 'Desear la casa', de Rodrigo García Marina

 

 

Con tan solo veinticinco años y cinco libros publicados en apenas un lustro, Rodrigo García Marina (Madrid, 1996) es una de las voces emergentes más fecundas e interesantes de la actual poesía española. Desear la casa (Cántico, 2021) es el primer poemario del poeta madrileño que ve la luz sin la necesidad de ser premiado, en una apuesta decidida de la editorial cordobesa por voces inconformistas y heterodoxas; no en vano, el propio García Marina acaba de convertirse en el director de Culpables, la nueva colección de la editorial que lidera Raúl Alonso.

El volumen que nos ocupa se suma a La caricia de las amapolas (2016, Consejo Social de la Universidad de Las Palmas; Premio Saulo Torón), Aureus ( Bandaàparte Editores, 2017; I Premio de Poesía Irreconciliables), Edad (Hiperión, 2019; I Premio Tino Barriuso) y El libro de los arquitectos (UNED, 2020; Premio de Poesía de la Facultad de Filología de la UNED).

Desear la casa son ochenta y un poemas en verso libre -apoyados, en ocasiones, en diversas estructuras rítmicas del verso blanco- y cuatro en prosa, distribuidos en cuatro partes -“La casa deseada”, "Ite domum”, “Desear la casa” y “La mudanza”-, a través de las cuales un yo poético, que es en el otro y que articula su discurso desde el otro, realiza un inevitable viaje a los infiernos de la sociedad injusta en que vivimos para regresar, desde la fractura, siendo multiplicidad ante lo unánime.

La palabra de García Marina, indagatoria y visionaria, nace de la fractura y de un íntimo inventario de huecos para transitar la hosquedad del deseo, la brusquedad del amor, el rigor del dolor, la devastación de lo que perturba e incomoda y la aspereza de la violencia sin perder “la confianza en la palabra y en la belleza”, como afirma Ana Gorría, quien firma un interesantísimo prólogo titulado “La jaula se ha vuelto pájaro”.

 

 
 

Autor: Rodrigo García Marina
Título: Desear la casa
Editorial: Cántico
Año: 2021
 

(Publicado en Cuadernos del Sur, en Diario Córdoba, 14 de mayo de 2022, p. 6)

viernes, 13 de mayo de 2022

Tallar la palabra. 'Proyecto de interiorismo', de José María Higuera


Proyecto de interiorismo es la ópera prima de José María Higuera (Córdoba, 1970), reconocido tallista ornamental que ha conseguido por unanimidad el Premio Internacional Alegría con uno de esos libros que reconfortan -por su madurez y cocción a fuego lento- ante la imperante sacralización de la juventud y de la rapidez.

A partir de la imagen de un edificio, cuyos cimientos y grietas mueven al poeta a un profundo proceso de introspección, pretende crear un espacio interior diáfano y habitable, que se convierta en refugio donde cobijarse frente a la intemperie. Para ello, es fundamental una mirada serena, curiosa y reflexiva, que se detenga sobre las cosas cotidianas y mínimas, aquellas que pasan desapercibidas para la mayoría de las personas pero que encierran, en su pequeñez, una suerte de trascendencia que sirve como espejo al yo para tantear sus aristas e intuir una realidad superior que lo supera y que lo abriga, a pesar de las contradicciones, de las dudas y de la inquietud hacia lo absoluto. Este ritual de exploración del propio yo a través del alrededor tiene un inevitable sentimiento sagrado en la medida en que se detiene en la levedad de la existencia, ebrio de gratitud al saber que es una manifestación de la esencia divina.

Esta labor de ahondamiento se acomete con un lenguaje sencillo, que busca la belleza de la palabra -aunque, a veces, adolezca de cierto barroquismo- y la acompasa con la cadencia de un cuidado verso blanco -heptasílabos, endecasílabos y alejandrinos, fundamentalmente-. La duda (“La grieta de Orive”), la niñez (“La verja”), el deseo de sencillez y plenitud (“Las abejas”), la identidad (“Polvo de estrellas”), el asombro ante la realidad (“El mecanismo de Anticiteria”) o la belleza de lo pequeño (“Bonsái”) son algunos de los ejes temáticos de esta serena, equilibrada, sólida y bien trabada carta de presentación.

 

Autor: José María Higuera
Título: Proyecto de interiorismo
Editorial: Rialp
Año: 2021
 

(Publicado en Cuadernos del Sur, en Diario Córdoba, 30 de abril de 2022, p. 10)