Hans Magnus Enzensberger fue el primer creador que rebatió
la célebre y controvertida afirmación de Adorno: “escribir poesía después de
Auschwitz es un acto de barbarie”. Pese al eco inmediato que encontraron en
pensadores como Elie Wiesel o Steiner, tales palabras, en apariencia
incontestables, se revelaron falsas inmediatamente, hasta el punto de que el
propio filósofo alemán se vio obligado a matizarlas: “quizás haya sido falso
decir que después de Auschwitz ya no se puedan escribir poemas”.
Desde entonces, han sido muchos los artistas e intelectuales
que han planteado la necesidad de escribir acerca del Holocausto con la
intención de comprender, a través de la creación, la crudeza de una realidad
que escapa a la razón, como única forma de transmitirla a las generaciones
futuras. Es, por tanto, el lenguaje artístico, pese a sus grietas y fallas, el
único capaz de desvelar lo inefable, lo indecible, el horror y el desprecio en
estado puro, como demuestra La cabellera
de la Shoá
de Félix Grande (Mérida, 1937-Madrid, 2014).
Cuenta el propio autor que, antes de descubrir el campo de
extermino de Auschwitz- Birkenau, ya había viajado en dos ocasiones a Polonia,
pero que no se había atrevido a visitarlo “quizá por cobardía”. Cuando tuvo el
valor necesario para contemplar el horror y la ignominia, lo que más le
impresionó fue una enorme mata de pelo de mujer de casi dos toneladas expuesta
en un escaparate. Tal masa informe y descolorida era parte de los 7000 kilos de
pelo, empaquetados en sacos, que el ejército soviético encontró en los
almacenes y que las autoridades del campo no habían tenido tiempo de enviar a
las fábricas situadas en Baviera para la elaboración de una especie de sayal.
La contemplación de esta cabellera sin color -metonimia del horror
y de la barbarie- por parte de Grande no supuso, en ningún momento, la
imposibilidad de escribir poesía, como había planteado Adorno, sino que, al
contrario, fue el resorte necesario para que el poeta emeritense regresase a la
escritura poética, después de cuatro décadas de silencio, con la intención de sondear
la fractura que supuso el genocidio nazi. La reflexión acerca de esta
devastación, de esta derrota colectiva, que implicaba, en sí misma, la
destrucción de unos principios tenidos por universales y, por tanto, la
aniquilación de la propia humanidad, no puede sino desarrollarse entre dos
grandes interrogaciones retóricas –“¿Oís la llamada?” y “¿Ustedes saben
escuchar?”, esta última repetida cuatro veces, con un cuerpo de letra cada vez
más pequeño, a modo de agónico eco-, entre dos afiladas apelaciones a la
conciencia del lector, quien no puede ni debe permanecer indiferente ante un
discurso directo y comprometido, que se solidariza con todos los humillados y
marginados de la historia, a los que el propio poeta les presta voz.
El poema, una denuncia desgarrada de la injusticia, de casi
mil versos, se divide en diez secciones de diversa naturaleza y extensión, cada
una de las cuales adopta una estructura circular al hacer avanzar un discurso
fragmentario, que dinamita la propia estructura narrativa, a través de la
reiteración obsesiva de unas preguntas formuladas en un aparente verso libre
–en realidad, una libre combinación de endecasílabos, alejandrinos y
heptasílabos, fundamentalmente-. Este verso se apoya en la eficaz ruptura de la
sintaxis convencional, en las imágenes sorprendentes y poderosas, sustentadas
en una palabra de múltiples aristas, iluminadora pero realista a la vez, en la
medida en que es capaz de encontrar el misterio en la realidad circundante, en
las yuxtaposiciones de ideas y en la sobrecogedora fuerza emocional. De este
modo, el poeta logra sacudir con contundencia al lector. El resultado, por
densidad y profundidad, es una de las obras imprescindibles del poeta nacido en
Mérida, que apareció publicada por primera vez en la última edición de Biografía (2011), como cierre del
volumen -pocos meses después, vio la luz exenta, acompañada por más de sesenta
imágenes del horror, en una edición no venal publicada por La Ortiga-, y que ahora
llega a las librerías de la mano de Bartleby Editores, con un magnífico epílogo
de Juan José Lanz titulado “Poesía e Historia: La cabellera de la Shoá y la poesía después de
Auschwitz”.
Autor: Félix Grande
Título: La cabellera de la
Shoá
Editorial: Bartleby Editores
Año: 2015
(Publicado en Cuadernos del Sur, 6 de junio de 2015, p. 4)